viernes, 13 de noviembre de 2009

Obituario


La cultura española despide a dos de sus genios


JOSÉ LUIS LÓPEZ VÁZQUEZ
Nos dejó el último gran cómico



La imagen más recordada de José Luis López Vázquez (Madrid, 11/03/1922) servirá también como una historia pasada de las telecomunicaciones. Ya es casi imposible quedarse encerrado en una cabina como en la que le metió Antonio Mercero allá por 1972 como metáfora de la España del momento.
Los teléfonos móviles harán de López Vázquez, el último gran cómico, quede inmortalizado en los libros, por si su brillante carrera no era suficiente motivo para figurar en ellas. López Vázquez se marchó el pasado 2 de noviembre, pero nos dejó en herencia una extensa filmografía que ha despertado las risas de varias generaciones durante más de medio siglo. Sin olvidar su carrera en el escenario.

Nació frente al cine Doré de Madrid, como si desde el inicio estuviera predestinado a su oficio. Él mismo explicaba que el viejo edificio y las películas de Buster Keaton marcaron su destino. Nacido en una familia pobre, la España de entonces retrataba un país convulso al que aún le quedaban trágicos acontecimientos por vivir durante la infancia y la juventud del cómico.

Y España comenzó a despertar a la vez que López Vázquez la hacía reír. Su primera película, Novio a la vista (1954), anticiparía una brillante carrera de más de cuarenta títulos. El pisito (1959), daría comienzo al gran cine cómico español de los años 60 y 70. Atraco a las tres, La gran familia, La familia y uno más, Sor Citroën, El turismo es un gran invento, La cabina o La escopeta nacional son sólo algunos ejemplos de la época.

Su actividad en la gran pantalla comenzaría a disminuir a partir de los 80 para dedicarse al teatro. Sin embargo, el nuevo siglo asistió a su aparición esporádica en series televisivas de éxito. En la memoria de los jóvenes de hoy estará su intervención en Torrente 2: Misión en Marbella o El oro de Moscú. Pero la pequeña pantalla, esa que hoy le está comiendo protagonismo a las salas, no se olvidó de él. Hostal Royal Manzanares, Periodistas, Cuéntame como pasó, Hospital Central o Los Serrano pueden presumir de haber contado con él.

José Luis nos dejó a los 87 años. Se llevó con él el recuerdo y el cariño de la gente de la cultura, que en 2005 le reconoció con el Premio Goya de la Academia de Cine y le brindó un merecido último adiós en el Teatro María Guerrero de la ciudad en la que nació.

MARIO DE LA RIVA



FRANCISCO AYALA

Adiós al decano de las letras hispanas


El pasado 3 de noviembre se apagó la voz del escritor Francisco Ayala tras 103 años de vida. El granadino se marchó sin perder la lucidez que hasta última hora mantuvo intacta. Como cada mañana, disfrutó de un rico desayuno seguramente acompañado de un toque de miel como era costumbre en él. Al terminar, se quitó la máscara de oxígeno y a su servidora le dijo: "me voy a morir". Ella le preguntó, "¿cuándo?" y él respondió, "ahora". A los cinco minutos murió, mientras su esposa le sostenía de la mano. Impactante pero cierto. De esta forma, Ayala se despidió del mundo.

'El jardín de las delicias', 'La cabeza del cordero' o 'Los usurpadores' son algunas de sus obras más relevantes. Sin duda un legado importante y a la vez reflejo de las circunstancias sociopolíticas que le tocaron vivir. La letra Z de la Real Academia fue testigo de dos monarquías, dos dictaduras y una república. Por motivos familiares tuvo que abandonar su Granada natal a una edad muy temprana. Una vez instalado en Madrid participó en la Revista de Occidente de José Ortega y Gasset. Durante esta época se relacionó con grandes intelectuales del momento. Al concluir su doctorado en Derecho Político partió al extranjero para vivir nuevas experiencias. Su destino fue Alemania. En Berlín contempló el ascenso de las corrientes totalitarias. El nazismo comenzaba a experimentar un gran auge. Ayala nunca llegó a entender como "en un foco cultural tan importante para Europa, la humanidad era capaz de enfrentarse a su propia especie".

Tras un breve regreso a España, en concreto a Burgos donde asesinaron a su padre, el escritor granadino emigró al otro lado del charco. Primero sería la capital de Argentina la que acogería a Ayala. Allí colaboró con distintas publicaciones periódicas. Su siguiente parada fue Estado Unidos. Era, según él, "un hombre con mucho pasado y poco futuro".

Entre los galardones que recibió por su brillante trayectoria destacan el Premio Cervantes de 1991 y en 1998 el Premio Príncipe de Asturias de las Letras por la relevancia de su figura en la esfera cultural. Muchos fueron los que quisieron despedirse del último integrante de la Generación del 27 en su definitivo adiós. Muestra de ello fue la asistencia de grandes personalidades del ámbito de la cultura y la política como Sus Majestades los Reyes, los Príncipes de Asturias, el presidente José Luis Rodríguez Zapatero, el cantante Miguel Ríos o la escritora Almudena Grandes.

V. GOMARIZ BELDA

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