viernes, 27 de noviembre de 2009

Editorial

Lágrimas… ¿de Eros?

Lágrimas de Eros, de Vargas Llosa, de García Márquez. Lágrimas cofrades, de la Alhambra, del silencio del sur. Lágrimas a Urquijo, a la España de los 80, a la guitarra y a la voz apesadumbrada que cantaba a una generación hoy dormida. Lágrimas de emoción, de arte, de frustración, pasión y erotismo. Lágrimas de cultura, la cultura hecha lágrimas.

El segundo número de Culturama profundiza aún más si cabe en la propia acepción del término, descubriendo connotaciones jamás vislumbradas desde los grises prismas utilizados anteriormente.

Descubrimos la cultura como herramienta del voyeurismo y el exhibicionismo, el bondage y el sadomasoquismo, los diversos fetichismos, lo hetero y lo homo, la mirada masculina y la femenina a la vista de todos. Todo ello aunado en las “lágrimas de Eros”.

Brindamos por los 10 años de la ausencia del rey de Los Secretos. Por que siga cantando en el paraíso “Déjame” o “La buena chica” con la misma voz rota y desganada que pasó a formar parte de la banda sonora de una generación. Gracias, allí donde estés.

Destapamos la emoción y la tradición cofrade. Lágrimas. Otra vez lágrimas. De sangre, de pasión, de fe, de convencimiento. Divinas y paganas, pero sagradas, siempre sagradas.

Damos un paso al frente y nos reafirmamos en nuestro cometido: descubrir nuevas perspectivas y talentos, como lo son Lo Nunca Dicho, que ya forman parte de los grandes de la cultura musical en red. (La cultura a merced de su exposición en internet, una vez más) Y es que nos enfrentamos a un nuevo prisma cultural, un cataclismo de expresiones artísticas aglomeradas en una red de esparto, a disposición de todos, con beneficio para casi nadie. Son las nuevas tecnologías, tan vanagloriadas por unos, y tan sufridas por otros tantos.

Recuperamos y disfrutamos las verdaderas joyas de la literatura de la mano de Isabel Allende, Mario Vargas Llosa y García Márquez.

Hoy la cultura se torna lágrima, lágrima de Eros, de Vargas Llosa, de García Márquez. Lágrimas cofrades… y son bellas.

Hannah MITCHELL VICENTE

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